DELINCUENTES MENORES DE EDAD

DELINCUENTES MENORES, GRANDES DESAFIOS PARA LAS AUTORIDADES

El número de menores de edad que cometen actos delincuenciales y los caminos de decisión para desarrollar el proceso legal por parte de las autoridades, son una constante en aumento.
Por: Alejandra Patricia Serrano Guzmán

En los últimos cinco años, de acuerdo a información proporcionada por la policía nacional, se ha logrado capturar a 158.750 menores de edad, entre los que se encuentran niños, niñas y adolescentes que cometieron diferentes actos delictivos, fenómeno presente especialmente en las principales ciudades del país.

Paralelamente a las cifras, existen diversos puntos que realmente preocupan a las autoridades competentes como la Policía Metropolitana, el Instituto de Bienestar Familiar y el juez o promiscuo de familia, quienes son parte fundamental del proceso debido a su intervención en la investigación, son finalmente ellos quienes deciden qué hacer.

De acuerdo a la información presentada por el Ministerio de Educación, Protección Social y Cultura, en compañía de algunas otras entidades y organizaciones no gubernamentales, fue posible determinar que el fenómeno delincuencial protagonizado por menores,es en su mayoría por jóvenes entre los 16 y 17 años, acusados de delitos como hurto, tráfico de estupefacientes y lesiones personales.

Debido a estas alarmantes cifras y el elevado número de denuncias en Bogotá - que no es el número total de personas implicadas en esta serie de delitos pues allí no se cuenta con quienes deciden no hacerlo-, varias organizaciones han querido implantar nuevos proyectos que ayuden a la posible prevención o solución de la situación. Para no ir tan lejos y a penas darle un mínimo brochazo a lo que realmente trae consigo el problema de la delincuencia a profundidad en menores de edad, el código del menor -Artículo 182 cita que cuando éste es detenido y se le está llevando una investigación, especialmente se busca conocer “los motivos determinantes de la infracción, estado físico, mental , edad y las circunstancias personales, familiares y sociales” , con el objetivo de conocer un poco más los rasgos propios de su personalidad.

He aquí el grave problema que hoy atraviesan las autoridades nacionales pues llegar a la decisión judicial, de qué es lo que deben hacer con el menor, si darle una ubicación institucional o cualquier otra medida que contribuya con su rehabilitación se convierte en un desafío.